"Este espíritu de perversidad, repito, fue mi perdición final. El
deseo insondable del alma de vejarse a sí misma, de violentar su propia
naturaleza, de hacer el mal por amor al mal, me impulsaba a continuar el
suplicio al que había condenado al inofensivo animal. Una mañana, a sangre
fría, le pase una soga alrededor del cuello y lo colgué de una rama de un
árbol; lo ahorqué con los ojos llenos de lágrimas y el más amargo remordimiento
en el corazón; lo ahorqué precisamente porque me constaba que me había amado y
porque jamas me había dado motivo de agravio; lo ahorqué porque sabía que
haciéndolo cometía un pecado, un pecado mortal que iba a poner en peligro mi
alma al dejarla -si tal cosa fuera posible -fuera del alcance de la
misericordia infinita del Dios más misericordioso y terrible." - E. A. Poe
Ya se había hecho de noche cuando desperté Habíamos hecho el amor toda la mañana y parte
de la tarde, la Coca Cola que compré antes de volver a casa fue muy útil pero
aun así no era suficiente para sustituir tantos fluidos corporales perdidos y
necesarios para volverme a levantar, vestirme y comprar otra y algo de comer.
La tele iluminaba la habitación de una sola ventana y forrada en periódicos,
suficiente luz para verla dormida a mi lado, desnuda, tierna y en un sueño
profundo, tan profundo como nuestro amor, reconozco que suena cursi decirlo de
ese modo pero puedo decir en este punto de mi vida en el que escribo este
relato que no hay nada, absolutamente nada mas profundo que el amor. Sabia que
despertaría en cualquier momento así que bebí la ultima gota que quedaba en la
botella, me vestí con lo primero que encontré a la mano, calce mis sandalias,
tome algo de dinero, las llaves, bese a mi amada en la frente y salí de la habitación Era un edificio de muchas habitaciones
interconectadas por grandes pasillos, vivíamos en un tercer piso subiendo unas
escaleras distribuidas de forma que a veces nos parecía estar en un laberinto,
comenzaban a la mitad del pasillo de la primera planta y llegaban al final del
pasillo de la segunda desde donde había que caminar por un segundo pasillo
hasta llegar a una pequeña escalera de madera que subía al tercer piso ubicado
a solo 50 centímetros del segundo piso donde quedaba nuestro pasillo, y ni que
decir de los dos pisos superiores al nuestro, confieso que a veces se
complicaba un poco el llegar a la habitación pero la costumbre ya nos había
hecho hábiles para tal efecto. Baje con cuidado como siempre y salí a la calle,
había mucha gente por todos lados, eso indicaba que ya la noche estaba avanzada
y que podrían ser las diez u once, la tienda quedaba en la misma calle justo en
la esquina que da al bulevar. Barranco por la noche se mueve mucho los fines de
semana pero aquella noche particularmente parecía un hormiguero. Mientras
caminaba a la tienda escuche que me pasaban la voz desde la linea del metro.
-¡Hey broder! -Saulo, un vecino y gran amigo mio estaba sentado en las cadenas
de la linea del metro con su inseparable bicicleta y dos chicas que parecían
ser argentinas. -Hey men. Que tal todo. Hola chicas. -Hola - dijeron ellas al
mismo tiempo -Ahí pues sin novedad. Estábamos con el Chizo y su broder...
eee... no se como se llama ese huevon pero no me cae ni mierda... querían sacar
un trago pero les dije que mas tarde. -Ese Chizo... seguro te vio tan bien
acompañado que dijo "ya pe, como es" -Las chicas se sonrieron. Saulo
también sonrió aunque siempre sonreía
por la noche. -Jajaja... si pues. Ese pendejo. Yo normal, si no fuera por su
pata que puta no se... habla mucha huevada y me aburre. Oe y Vero? Que fue,
donde esta? -Esta en la casa. Salí a comprar provisiones. No hemos comido en
todo el día. -Saulo no dejaba de sonreír pero esta vez como imaginándose las
razones de nuestro ayuno -Ya pe, sacala para unos tragos. Te presento a Fabi y
a Claudia. Son de Mendoza y estarán el fin por aquí -Yo había tenido razón con respecto a la
procedencia de las chicas. Les hice un gesto con la mano desde la frente como diciendo
"Hey, que tal". -Bueno men, me voy quitando. Tengo que comprar las
provisiones antes que se despierte. No quiero que este de hambre. -Dale
causita. Cualquier cosa me llamas noma. Vamos a estar por la plazita tirando un
trago mas tarde. -Dale. Hasta luego chicas. Este men es lo máximo Se sacaron la lotería conociéndolo. -Las
chicas volvieron a reírse y como que respondieron algo en voz alta pero no
llegue a entender. Llegue a la tienda y después de esperar un poco a que baje
la clientela finalmente pude comprar lo necesario. Una Coca Cola de tres litros
por la que tuve que dejar otra luca por la nueva botella, unos pancitos,
mermelada y tres cigarrillos convertibles.
Mi vida era genial. No me faltaba nada. Trabajaba en una librería
bastante popular en la avenida Larco, no ganaba mucho pero nos alcanzaba para
la habitación la comida y uno que otro
lujo. Había conocido a Verónica algunos meses atrás y ahora vivíamos juntos, no
es fácil convivir con alguien pero tratándose de ella cualquier bronca valía la
pena. Su belleza era solo comparable a su sobrenatural inteligencia y talento,
no había conocido hasta entonces a alguien tan brillante y genial como ella,
era muy difícil estar a la altura de un ser tan superior, que conociera tanto
de música pintura, literatura, y que
fuera parte de una naturaleza mas divina que terrenal. Tenia una banda donde
tocaba la teba, no habían grabado ningún disco aun pero tocaban en algunos
bares ocasionalmente y les iba bien. Jamas me perdía de sus presentaciones.
Llegue al edificio, cruce el laberinto y vi que la luz aun estaba
apagada. Metí la llave y abrí la puerta con mucho cuidado para no despertarla
pero apenas la cerré ella abrió los ojos. No dijo nada, se sonrió y se estiro
en la cama llena de satisfacción -Hey nena.
Te traje Coca Colita. Debes tener mucha sed. -No dijo nada, solo un sonido como
de felicidad mientras seguía sonriendo. Prendí la lampara de noche y saque un
par de vasos para servir la Coca Cola, yo también estaba muy sediento. -Que
hora es? -Las diez maso - dije -Hay full gente afuera, mas de lo normal. -Le
subí el volumen al televisor y puse el canal de noticias para ver la hora
-Sabes quien toca hoy en la Noche? -Me preguntó. -No tengo la menor idea.
Estuve al frente pero no me fije. Son las once y veintidós ¿No tienes que tocar hoy? -No, supuestamente
hoy íbamos a juntarnos para ensayar pero como siempre alguien no puede. Tengo
mucha hambre. -Me senté a su lado, le serví un vaso lleno y le di un beso en la
boca. Siempre me olvidaba que a ella no le gustaba que le sirva lleno, sin
embargo esta vez casi se toma todo el contenido de un solo golpe. -Mi amor,
tenias mucha sed. -Abrí la mermelada y los panes para servirnos de comer.
-Traje pancito con mermelada. Pensé en traer pizza pero iba a demorarme mas. Si
tienes más hambre vamos por una, a todo esto, me encontré con Saulo, me dijo
para sacar un trago, que dices? -Mmm... Me da flojera salir. Ya vemos mas
tarde. -Como quieras nena. Toma tu pancito con mermelada. Te amo. Dormiré un
ratito mas.
Una gran ola corria por la cuidad, una cuidad parecida a Nueva York. Mi
madre, mi padre y yo intentabamos huir pero no habia donde esconderse mas que
en los techos de los grandes rascacielos. La gran ola se llevaba a todos los
que se encontraban en los pisos inferiores de los edificios incluyendo en el que
estabamos. Era como si el agua de una cañeria abierta inundara un hormiguero y
sus miles de desventuradas habitantes enturbiaran su cauce como granos de arena
en movimiento. El cielo parecia el de una tormenta apocalpitica, mi madre
sentada a mi lado en el corredor de un ultimo piso lloraba y mi padre a su lado
la tomaba de la mano. Yo buscaba a Veronica con vistazos completamente
desorientados, pensaba en ella, en encontrarla, en morir a su lado, no habia
escapatoria. De pronto una ola gigantesca se elevo sobre el horizonte,
majestuosa y asesina, inmisericorde como su propio sonido, hambrienta se alzaba
ocultando todo lo que se atravesaba en su camino aun hasta el mismisimo cielo,
no voltie para ver a mis padres, cerre los ojos, solo pense en Veronica, aparecio
en mi alma, volvi para ver la inmensa ola, inmensa como el amor.
Sudaba cuando desperte repentinamente, ahi estaba ella, dormia aun y sus
sueños parecian infinitos. Revise mi celular. -Nena, nena, despierta. -¿Que
paso? -Tuve una pesadilla. -¿Que pesadilla? ¿Que soñaste? - Una ola gigantesca
vino hacia mi. Me cubrio. Estaba solo con mis viejos. No estabas conmigo.
-Abrio los ojos, parecia asustada. -Yo soñe lo mismo hace unos dias.
La libreria estaba llena de gente, el sabado suele pasar eso aunque ya
desde el dia anterior tenia una extraña sensacion de ver mas gente de lo normal
en los lugares en donde paraba, por momentos me parecia estar rodeado de
insectos en una habitacion exageradamente iluminada y parecian multiplicarse
con el pasar de las horas como si se tratase de una plaga. En dias asi lo mejor
era poner buena musica y estar atento por si alguien quiere pasarse de vivo
pero aquel dia en particular aquello no fue suficiente para evitar que dos
libros bastante costosos fuesen robados. Como era de esperarse, los encargados
de turno tuvimos que poner de la nuestra para reponer el costo de los libros,
lo peor es que aun me quedaban dos horas para soportar a la horda de seres
humanos que no dejaban de entrar para dar vueltas como moscas sobre un pastel,
la verdad solo queria ir a casa y encontrar a Veronica, decirle que la amaba e
irnos a comer pizza donde la "Luisa"
Nunca vi tanta cola para entrar al metropolitano, era un mar de gente
esperando pero finalmente me escabulli y agarre una B, y asi entre empujones y
sudores combinados llegue a casa. Pense en que quizas habria algun evento
empresarial importante desarrollandose pero despues de pensarlo un poco sabia
que de ser asi yo ya lo sabria, ademas ningun evento aumentaria de tal manera
el volumen de la masa humana que transitaba las calles. Subi las gradas hasta
la habitacion, bastante hecho mierda por el trabajo del dia. Veronica aun no
habia regresado del ensayo con su banda, recorde que esa noche tocarian en el
Yield, asi que decidi darme una ducha y estar listo para cuando regrese, asi
podriamos ir por una pizza antes del ajetreo nocturno que se venia. Iba a
buscar la toalla cuando comenzo a sonar "All you need is love" y casi
inmediatamente despues de que Lennon comenzara a cantar, el celular hizo lo
propio pero con su molesta linea melodica que rompia ingratamente con la
armonia del momento. -Alo si? -Hey men, te habla Saulo. -Habla bro, que paso,
ya estas afuera creo? -Si, es que las lleve a las argentinas, te acuerdas? las
del otro dia, a la playita, aqui nomas. Uy, buenazo todo. Ayer estuvimos
toneando tambien. Hoy se van para el norte, siguen viaje. - Bien ahi. Y paso
algo? - Jajaja. No. Tranqui nomas, aunque la mas flaquita estaba que me
chequeaba a cada rato pero tranqui nomas. Que vas a hacer mas tarde? - Que
llegue Vero nomas para irnos a comer y de ahi a su tocada en el centro. - De
pronto senti como un extraño extasis me secuestraba, sutil, quizas por que
estaba muy cansado en ese momento fue placentero sentirse libre un instante. - Bien
ahi. Iria pero tengo que quedarme a esperar a un broder. - Por que? Que hay
pues? - Nada, solo quieren que les haga un favor pero no se si la haga, es un
poco dificil de explicar. - Como la hueva, te escucho. - Te lo digo mas tarde,
es que necesito plata pero no quiero arriesgarme tanto. - Le adverti que
tuviera cuidado y que yo le avisaria si regresaba temprano para que me cuente
como habia terminado todo. Nos despedimos, colgamos, cogi la toalla y me fui a
la ducha. Habia olvidado mencionar que los baños eran compartidos y habia uno
en cada piso. Cuando volvi de ducharme entre a la habitacion y Veronica ya
estaba ahi esperandome. Habia dejado las baquetas sobre la cama y buscaba algo
entre la ropa amontonada, se dio vuelta al advertir que yo estaba en la puerta
y su sonrisa fue dulce como el pan de miel que comen los dioses, sin embargo,
por alguna razon que no logro explicar, no me sentia igual esa noche ante ella.
Estabamos atravesando una epoca, se podria decir "algo dura"
economicamente, pero aun asi viviamos con los lujos mas sencillos, esos que
habiamos descubierto mientras andabamos juntos por la vida y que, a diferencia
de la mayoria de la humanidad nos hacian plenamente felices. Aun asi, nada me
habia preparado para lo que sucederia aquella noche.